/0/43657/coverbig.jpg?v=826938fa2d6147a359ff89b8580da6c0)
La rabia consumía mi interior, omití deliberadamente los golpes de Adam, no necesitaba más bromas estúpidas, bromas que seguramente haría. Unos golpes un poco más fuertes hicieron voltear mi cabeza. Era Cam, hablaba pero no lo podía escuchar, así que leí sus labios "Lhea, por favor, abre"
Sus ojos hablaban por si solos, se veía realmente consternado, mi mirada se dulcifico hacia aquel muchacho, mi mejor amigo, el único que soportaba mi errante personalidad. Abrí la puerta del acompañante y rápidamente entró, cerrando la puerta tras él. Como si de sincronización se tratara, suspiramos cansadamente al mismo tiempo. Finalmente Cameron decidió romper el silencio.
-Lhea, por favor, no me dejes solo de nuevo, morí mil veces al ver que no estabas a mi lado.- Su apagada voz, realmente mostraba que así había sido.- Cuéntame cómo te encontraste con Míster Soldado Universal.
-Es una larga historia, Cam.- Solté, agobiada de su interrogatorio.
-Creo tenemos mucho tiempo.- decía mientras se acomodaba en el asiento. realmente se estaba volviendo fastidioso.
-Salí a dar un paseo, ya que tú estabas plácidamente dormitando. Camine por un incierto tiempo hasta que encontré una cabaña.- me detuve a tragar, con su mirada me impulsaba a seguir hablando.- Luego una señora salió, se llama Rose por cierto. Me invito un poco de té. Este chico vive con ella y al parecer Rose le pidió que me acompañara, porque nos invitó a pasar la noche, lo envió como garantía, supongo.- Traté de explicar, pero su mirada me distrajo. En sus ojos había absoluta adoración, realmente se preocupaba por mí. Sin ni siquiera dudarlo, me lancé a los brazos de mi mejor amigo.
-Lo siento Lhea, pero cada vez que no estas cerca mío, pienso lo peor.- dijo a mi oído, mientras me devolvía el abrazo.- Yo solo, no confió en el. Solo eso.
Solté un suspiro, comprendiendo que en este mundo devastado en nadie se puede confiar.
Miré por la ventana hacia aquel interesante joven de ojos grises, ¿Realmente podría fiarme de él? Había algo en el que me atraía como un imán.
Estaba sentado en un costado de la carretera, inclinado hacia adelante, jugando distraídamente con unas piedritas. Parecía tan joven y relajado, esta persona no era para nada el Adam con el que había peleado segundos atrás.
Al notar como lo miraba, saco su lengua en un gesto divertido, le rodé los ojos mientras una sonrisa boba se apoderaba de mi cara. Cam me miraba seriamente.
-Como una cara bonita puede cambiar las cosas, ¿No, Lhea?- Soltó como decepcionado. Al notar que comenzaba a enojarme, cambio de tema rápidamente.- Vamos, quiero ver si tienen comida de verdad y no enlatada.
Salí del auto, llevando conmigo, las pocas pertenencias que conservaba, entretanto Cam ocultaba el auto en algún lugar.
Mientras saltaba para poner la mochila en su lugar, Adam, se acercaba caminando lentamente hacia mí. Al caminar, cada musculo de su cuerpo parecía contraerse, realmente era todo un procedimiento, pero lo hacía ver tan... sencillo. Estaba tan sumergida en mis pensamientos, que no noté cuando llegó.
-¿Ya dejaron su charla de amor? Que es lo que van a hacer, Lhea ¿Vienen o no?- Oh, por dios. Ni siquiera intenta ocultar su mal humor ¿Qué le pasaba? No me tenía que importar, pero, suponiendo ser yo la causante de tal estado, me inquietaba bastante. Empecé a rascar mi nuca nerviosamente.
-Sí, iremos.-dijo Cam apareciendo de la nada y poniendo una mano posesivamente en mi hombro. Casi instantáneamente los ojos de Adam se dispararon hacia la mano que sostenía mi hombro ¿Estaba celoso? ¿Realmente? Si apenas acababa de conocerme
-Bien, vamos.- soltó secamente, negando con la cabeza. Sin decir nada más, se dio la vuelta y siguió el camino, dejándome completamente desconcertada, más aun de lo que ya estaba.
Íbamos a mitad del camino y esto cada vez se ponía peor. Cam cansaba con su incesante parloteo y Adam por su parte, iba al frente, sin decir ni una sola palabra. Esta era una dinámica realmente interesante ¿eh?
Los árboles y toda la naturaleza en sí, siempre me fascinaron, era una de las pocas cosas que me brindaba tranquilidad. Distraída viendo las frondosas copas de los árboles, no vi la sobresaliente raíz hasta que ya fue demasiado tarde. Tropecé inevitablemente. Mi cabeza reboto contra el húmedo suelo, eso realmente me dolió. Tirada, allí en el piso, empecé a reírme, era imposible no hacerlo, las caras de espanto de Cam y Adam eran realmente épicas.
-Dios Lhea, ¿Te encuentras bien?- Cameron ya se encontraba a mi lado, sosteniendo mi cabeza, aunque realmente no la sentía. Mi ataque de risa era inútil de detener, brotaba de mi interior, tanto, que me quede sin aire y empecé a toser.
-Ustedes son realm....-Realmente estaba trastornada, no pude ni terminar la oración, las carcajadas no paraban.
Repentinamente sentí como unos brazos tiraban de mí, sosteniéndome, para luego alzarme. Yo solo en ese momento quería descansar, solo hacía falta cerrar los ojos. Me acomodé en ese cálido pecho, en el que sentí total seguridad y me deje ir.