/0/12917/coverbig.jpg?v=212a921721daa3d6dc35b31dd9ea02a3)
-Padre Jacinto -dijo el Comendador con aire de jubiloso triunfo-, Clara es libre ya. No es menester que se case con D. Casimiro ni que sea monja.
-?Cómo es eso, hijo mío?
-He dado por ella una suma igual á todo el caudal de D. Valentín.
-?á quién?
-á D. Casimiro.
-?Y con qué razón? ?Con qué pretexto ha podido aceptarla?
-La ha ace