Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.
Una idea enérgica, flameada a tiempo ante el mundo, para, como la bandera mística del juicio final, a un escuadrón de acorazados.
Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos. Los que se ense?an los pu?os, como hermanos celosos, que qu