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El sol había sucedido a la luna en el firmamento cuando los fugitivos despertaron. La luz entraba a torrentes por la ventana del pajar.
Andrés se incorporó el primero sobre su mullido lecho. Rosa, al abrir los ojos, se encontró con los del joven fijos en ella, y por un movimiento instintivo de vergüenza se tapó la cara con las manos. él se las a